El paso de los años también pasa la cuenta al momento de tomar el volante. Si bien no existe una edad determinada para dejar de manejar, esta decisión depende de las condiciones físicas y mentales de cada persona.
Señales de alerta:
- Fallas en la vista y el oído, o problemas de memoria (desorientación mientras se conduce).
- Administración de medicamentos de forma regular, cuyos efectos secundarios pueden afectar la capacidad de atención.
- Accidentes pequeños como topones o errores de cálculo en los estacionamientos son señales de que se están perdiendo habilidades.
Consejos:
1. Visitar al oftalmólogo una vez al año para preguntarle si su capacidad visual es suficiente.
2. Consultar con un neurólogo o un geriatra para evaluar las condiciones cognitivas. Hacerlo también si hay problemas de movilidad de extremidades.
En caso de que las alteraciones descritas sean leves o se puedan corregir y si el médico está de acuerdo, se puede seguir manejando, pero teniendo en cuenta ciertas medidas:
- Evitar conducir en horarios y calles de alto tráfico.
- Tratar de no conducir de noche o con mal tiempo.
- Usar siempre el cinturón de seguridad.
- Evitar distractores como ir escuchando noticias, música a un volumen alto o manipular el celular.
- Guardar una distancia considerable con el auto de adelante.
Es importante recordar que es mejor dejar de conducir, que terminar accidentándose.
* Este artículo fue realizado con la colaboración del Dr. Eric Blake, jefe de Geriatría de Clínica Alemana.
