Recomendaciones alimentarias para una lactancia exitosa

19/01/2016
1 min lectura
Recomendaciones alimentarias para una lactancia exitosa

 

Se recomienda comer menos frituras y grasas de carnes rojas, y más de pescados y vegetales, porque son más sanos.

 

Asimismo, se sabe que la cantidad de ácidos grasos de la leche refleja fielmente los consumidos por la madre. Considerando esto, se recomienda comer menos frituras y grasas de carnes rojas, y más de pescados y vegetales, porque son más sanos.

 

Si se sospecha que el niño presenta algún malestar posterior al amamantamiento por un alimento específico, se recomienda consultar al pediatra y evitar esa comida por un tiempo, sobre todo si hay antecedentes familiares de alergias a ese alimento en particular. Esto puede pasar, por ejemplo, con las nueces, el maní, los lácteos y el huevo, y generalmente, es por algo ingerido entre dos a seis horas antes.

 

Tampoco hay que abusar de la cafeína -contenida en el café, algunas bebidas gaseosas y ciertos remedios-. Más de tres o cuatro tazas al día producen intranquilidad e insomnio. Además, estos productos son diuréticos, es decir, ayudan a eliminar líquido, lo que impediría conservar hidratado el cuerpo para producir leche.

 

El doctor Rodríguez asegura que las molestias digestivas más frecuentes en los lactantes durante el primer y tercer mes de vida se debe en gran parte a la 'aerofagia', es decir, al hecho que el lactante traga más aire al deglutir, por mecanismos de inmadurez en la función de succión -deglución, que debido a la alimentación de la madre, y que se resuelve espontáneamente en los meses siguiente.

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La lactancia materna es la forma de alimentación que contribuye con mayor efectividad al desarrollo físico y mental del niño, proporcionándole nutrientes en calidad y cantidad adecuadas. Pese a los beneficios que entrega al bebé, amamantar, no siempre resulta sencillo, por lo que es bueno tener en cuenta algunos consejos para no estresarse y lograr un amamantamiento pleno.

Al respecto, el doctor Germán Rodríguez, neonatólogo de Clínica Alemana, aclara las dudas más frecuentes. “Las restricciones en la alimentación están basadas en hipótesis más culturales que científicas”, asegura.

Se cree que algunos alimentos que se componen de sustancias volátiles muy fuertes que cambian el sabor de la leche. No son malos para el niño ni cambian la composición o cualidades de este alimento, pero se piensa que si se abusa de su consumo pueden modificar el gusto. Esto podría ocurrir con los espárragos, el apio, la alcachofa, el repollo, la coliflor, la cebolla, el ajo y los condimentos, entre otros.

“Afortunadamente las madres actuales están menos reticentes a aceptar las indicaciones del pediatra, quien les indicará una dieta más 'libre', asegura el neonatólogo.

 

Se recomienda comer menos frituras y grasas de carnes rojas, y más de pescados y vegetales, porque son más sanos.

 

Asimismo, se sabe que la cantidad de ácidos grasos de la leche refleja fielmente los consumidos por la madre. Considerando esto, se recomienda comer menos frituras y grasas de carnes rojas, y más de pescados y vegetales, porque son más sanos.

 

Si se sospecha que el niño presenta algún malestar posterior al amamantamiento por un alimento específico, se recomienda consultar al pediatra y evitar esa comida por un tiempo, sobre todo si hay antecedentes familiares de alergias a ese alimento en particular. Esto puede pasar, por ejemplo, con las nueces, el maní, los lácteos y el huevo, y generalmente, es por algo ingerido entre dos a seis horas antes.

 

Tampoco hay que abusar de la cafeína -contenida en el café, algunas bebidas gaseosas y ciertos remedios-. Más de tres o cuatro tazas al día producen intranquilidad e insomnio. Además, estos productos son diuréticos, es decir, ayudan a eliminar líquido, lo que impediría conservar hidratado el cuerpo para producir leche.

 

El doctor Rodríguez asegura que las molestias digestivas más frecuentes en los lactantes durante el primer y tercer mes de vida se debe en gran parte a la 'aerofagia', es decir, al hecho que el lactante traga más aire al deglutir, por mecanismos de inmadurez en la función de succión -deglución, que debido a la alimentación de la madre, y que se resuelve espontáneamente en los meses siguiente.


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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