Adultos mayores y cambios de temperatura

Adultos mayores y cambios de temperatura

La oscilación térmica puede provocar un mayor brote de enfermedades respiratorias y variaciones en la presión arterial en este grupo etario.

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En esta época suele haber cambios bruscos en las temperaturas debido a la oscilación térmica, lo que puede exponer a un mayor riesgo de resfrío, algo especialmente peligroso en los adultos mayores de 60 años también, quienes son más vulnerables debido a un déficit en la termorregulación que se produce con la edad.

A partir de los 60 años la piel envejece notoriamente, lo que se conoce como dermatoporosis, según lo explica el doctor Víctor Caire, geriatra de Clínica Alemana Temuco, quien agrega que el efecto es mayor si ha existido una prolongada exposición a rayos ultravioleta.

A medida que las personas envejecen, la piel se atrofia (adelgaza) y aparecen arrugas (ritidosis), manchas, además de perder colágeno y elastina, que son los encargados de dar suavidad.

Estas variaciones en la piel generan pérdida de termorreceptores, provocando que los cambios térmicos ambientales sean menos notorios, predominando la sensación de frío. Esto obliga los adultos mayores a acercarse constantemente a fuentes de calor y/o abrigarse más de la cuenta, pudiendo presentarse una hipertermia.

Por el lado contrario, cuando el cuerpo se enfrenta a bajas temperaturas se pierde más calor que el que se produce y los vasos sanguíneos de la piel deben contraerse para conservar la temperatura corporal. La  vasoconstricción determina que el corazón deba bombear la sangre a través de los vasos contraídos por lo que se observa un aumento de la presión arterial y en consecuencia un mayor riesgo de infarto agudo de miocardio.

Con esto, los cambios térmicos ambientales son fuente de enfriamiento, debido a que la generación de calor es más baja. Estos casos de hipotermias, causadas por desabrigarse, se relacionan a un mayor brote de enfermedades respiratorias y variaciones en la presión arterial que pueden provocar síntomas complicados e inespecíficos en la población mayor.

El doctor Caire aconseja manejar adecuadamente la ropa y la calefacción del hogar, considerando las condiciones térmicas en el exterior, evitando medidas en exceso por el riesgo de hipertermia. Asimismo, motivar la actividad física, como las caminatas, con el objetivo de generar calor y no depender de la calefacción directa.