Estar a cargo de otra persona no resulta fácil. Pero si a esa responsabilidad le sumamos enfermedad y dependencia, esaún más complejo sacar la tarea adelante. Por eso, en muchos casos, los cuidadores también se ven afectados y desarrollan un cuadro conocido como “estrés del cuidador”.
Síntomas de alerta:
- Sensación de cansancio extremo o fatiga.
- Dolores abdominales y musculares difusos.
- Trastornos del sueño (imposibilidad de conciliar el sueño en la noche o somnolencia diurna).
- Alteraciones anímicas (irritabilidad, ganas de llorar, desesperanza, miedo a enfermar o culpa, entre otras).
- Alteraciones de memoria y de la concentración.
¿Cómo prevenirlo?
- Autocuidado: preocuparse por la propia salud.
- Ayuda: pedir apoyo a otros familiares o a personas capacitadas en el cuidado del adulto mayor enfermo.
- Atención médica: consultar con un profesional frente a la aparición de síntomas físicos o emocionales que puedan estar relacionados con depresión u otra enfermedad.
- Capacitación: acceder a educación sobre el cuidado del adulto mayor enfermo, así como de las enfermedades que lo aquejan y sus tratamientos.
- Vida saludable: mantener una alimentación sana, actividad física y recreación.
Los más afectados
Son más propensos a desarrollar un cuadro de estrés, aquellos cuidadores llamados “informales”, es decir, los que no tienen capacitación en el cuidado de adultos mayores enfermos. Por lo general, son personas a cargo de pacientes con Alzheimer, sobre 50 años y, principalmente, mujeres.
Consecuencias:
En caso de que el “estrés del cuidador” no reciba tratamiento, se podría producir:
- Disfunción familiar: Dejar de lado la vida propia e, incluso, la de los hijos y cónyuges.
- Deterioro en el cuidado del paciente: menor adherencia a tratamientos y controles, aumento de enfermedades, desfuncionalización y dependencia.
**Este artículo fue realizado con la colaboración del Dr. Fernando Peña, geriatra de Clínica Alemana.