Incontinencia anal: un problema que se puede tratar

01/08/2015
2 min lectura
Incontinencia anal: un problema que se puede tratar

Como medida de apoyo o cuando el paciente no responde a los tratamientos, es posible hacer enemas, para mantener el intestino desocupado. En algunos casos extremos puede ser necesaria una ostomía, procedimiento quirúrgico que comunica el colon con la parte exterior del abdomen.

¿Cómo prevenir la incontinencia anal?

Las principales medidas son:

-Mejorar los hábitos defecatorios, principalmente a través de modificaciones en la dieta. En casos de constipación, esta debe ser rica en fibras (frutas, verduras y cereales) e incluir una mayor ingesta de líquidos. Por el contrario, si hay predominio de diarrea, se debe buscar la causa e indicar alimentos constipantes (por ejemplo zanahoria, queso, cáscara de pera y manzana) para lograr deposiciones más formadas y así evitar la incontinencia.

- Evitar la constipación sin abusar de laxantes.

-Mantener estable las patologías concomitantes, por ejemplo, controlar bien a los pacientes diabéticos.

-Realizar entrenamiento kinésico antes y después del parto.

 

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El aislamiento social es una de las consecuencias que enfrentan las personas que sufren de incontinencia anal, ya que por su condición tienen temor a salir de sus casas y a compartir con otras personas, lo que impacta su vida social, familiar e incluso laboral.

Esta afección consiste en la pérdida del control normal del aparato esfinteriano anal, lo que se traduce en eliminación involuntaria de gases o deposiciones. Esto se debe, generalmente, a una lesión en el esfínter, aunque también hay casos en que, a pesar de no haber daño anatómico, existe un problema funcional.

La doctora Daniella Espínola, coloproctóloga de Clínica Alemana, sostiene que esta patología se presenta más en mujeres, sobre todo mayores de 65 años, porque la baja en el nivel de estrógenos afecta la musculatura del esfínter. La constipación es otra causa frecuente de incontinencia dado que provoca elongación y debilidad en los músculos del piso pélvico. También puede ser secundaria a lesiones de un parto vaginal -especialmente si este fue difícil-; cirugía de hemorroides, fisura o fistula anal; daño nervioso, pérdida de elasticidad del recto o abuso de laxantes.

Factores que propician la aparición de incontinencia anal, aunque menos frecuentes, son la diabetes, principalmente en personas mayores; problemas neurológicos y secuelas producto de una cirugía en esa zona.

Otros factores que propician la aparición de incontinencia anal, aunque menos frecuentes, son la diabetes, principalmente en personas mayores; problemas neurológicos y secuelas producto de una cirugía en esa zona.

“A la mayoría de las personas que sufren esta enfermedad les da vergüenza consultar, entonces está subdiagnosticada, no existen cifras claras de prevalencia. Sin embargo, algunos estudios realizados en asilos de ancianos, revelan que hasta el 50% de quienes viven en estos hogares tienen incontinencia anal”, precisa la doctora Espínola.

Sí tiene tratamiento

El primer paso para solucionar este problema es consultar con un especialista, quien debe realizar un examen clínico, conocer la historia del paciente y medir la gravedad de la patología. Además, puede pedir exámenes de apoyo, como una endosonografía anorrectal y una manometría anal.

La coloproctóloga explica que, en general, el tratamiento incluye una dieta especial y fármacos para evitar la diarrea; la mejora de hábitos defecatorios y kinesiterapia para fortalecer el piso pélvico. En este último caso, una de las técnicas más utilizadas es el biofeedback, método donde a través de un programa computacional, se monitorea una serie de ejercicios musculares orientados a mejorar la fuerza de los esfínteres, los que luego deben practicarse en la casa.

A esto se suman otras intervenciones, dependiendo de la causa. Si el esfínter está lesionado, se repara con una cirugía denominada 'esfinteroplastía', que consiste en volver a unir los extremos rotos. Si no existe una lesión, se pueden utilizar agentes abultadores, dispositivos que se ubican entre los esfínteres para ayudar a cerrar el espacio anal. Otra alternativa es la neuromodulación, tratamiento que ofrece dos opciones: estimulación del tibial posterior -con electrodos transcutáneos o percutáneos- y estimulación sacra (sonda marcapaso que trabaja en los nervios sacros).

Como medida de apoyo o cuando el paciente no responde a los tratamientos, es posible hacer enemas, para mantener el intestino desocupado. En algunos casos extremos puede ser necesaria una ostomía, procedimiento quirúrgico que comunica el colon con la parte exterior del abdomen.

¿Cómo prevenir la incontinencia anal?

Las principales medidas son:

-Mejorar los hábitos defecatorios, principalmente a través de modificaciones en la dieta. En casos de constipación, esta debe ser rica en fibras (frutas, verduras y cereales) e incluir una mayor ingesta de líquidos. Por el contrario, si hay predominio de diarrea, se debe buscar la causa e indicar alimentos constipantes (por ejemplo zanahoria, queso, cáscara de pera y manzana) para lograr deposiciones más formadas y así evitar la incontinencia.

- Evitar la constipación sin abusar de laxantes.

-Mantener estable las patologías concomitantes, por ejemplo, controlar bien a los pacientes diabéticos.

-Realizar entrenamiento kinésico antes y después del parto.

 


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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