Día Mundial de la Salud Mental: jóvenes en un mundo en transformación

Día Mundial de la Salud Mental: jóvenes en un mundo en transformación

Los especialistas aconsejan fortalecer la capacidad de resiliencia de los adolescentes y establecer una comunicación efe

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La mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años, pero la mayoría de los casos éstas no se detectan ni se tratan, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien dedicó el día internacional en esta área a los desafíos que enfrentan los jóvenes en la sociedad actual marcada por rápidas transformaciones.

La entidad destaca la alta incidencia en este segmento de la población de patologías como la depresión –que ocupa el tercer lugar en términos de impacto en los adolescentes– o la importancia del suicidio como la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años.

La OMS también alerta contra la prevalencia de problemas como los trastornos alimentarios y las conductas de riesgo, especialmente la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas y de drogas ilícitas entre los jóvenes de un significativo número de países, incluído Chile. Las estimaciones apuntan a que, aproximadamente, el 70% de los adolescentes ha consumido alcohol y un 15% lo hace en forma habitual desde edades tan tempranas como los 13 años. Por su parte, uno de cada diez ha consumido marihuana y un 58% fuma tabaco.

Asimismo, alerta que el abuso de sustancias como alcohol y drogas, tienen participación directa o indirecta en la principal causa de mortalidad en este grupo: las muertes violentas.

Como principal herramienta de prevención y terapia, la OMS destaca la importancia de fortalecer la capacidad de resiliencia desde las edades más tempranas, para poder hacer frente a los retos que plantea el mundo actual. En esta línea, la organización enfatiza la necesidad de aumentar la prevención entre los adolescentes, conociendo y entendiendo mejor los primeros síntomas que alertan sobre el desarrollo de un trastorno.

Un factor determinante para la buena salud mental es contar con un ambiente familiar protector y tranquilo creado por los padres, junto con aumentar la cantidad y calidad del tiempo que dedican a sus hijos. Cuando el adolescente se siente escuchado, sabe a quién pedir ayuda o consejos, recalcan los especialistas. Establecer estos lazos al interior de la familia ayuda a formar en los jóvenes un estado en el cual están conscientes de sus capacidades, afrontan de manera normal las tensiones normales de la vida, y estudian o trabajan de manera productiva.

Causas y recomendaciones
Entre los factores claves para el estado de la salud mental entre los adolescentes, destaca el énfasis en el individualismo y el exitismo en nuestra sociedad, junto con los elevados niveles de soledad que sufre un porcentaje importante de niños y adolescentes.

Una explicación para la alta frecuencia de depresión y de trastornos de ansiedad, tiene que ver con la mayor exigencia a la que están sometidos nuestros jóvenes que les demanda ser eficientes y competitivos. En la actualidad, muchos enfrentan su vida creyendo que sólo son capaces y competentes si tienen la mejor nota o meten más goles.

La insatisfacción o la sensación de vulnerabilidad de los jóvenes se incrementan en la medida que cuentan con una inadecuada contención. Muchos adolescentes se sienten solos durante sus procesos emocionales y menos acompañados por los padres, en relación a las condiciones propias de la vida moderna que dificultan la comunicación y aumentan la sensación de soledad.

En este escenario, es necesario promover un mayor apoyo a los adolescentes mejorando distintos aspectos de la dinámica familiar.

Desafíos para los padres
Controlar el exitismo
Frases como “no importa lo que estudies si eres el mejor”, implica que cualquier otro resultado es leído como un fracaso. Por eso, enfatiza la necesidad de que los padres refuercen la satisfacción por el esfuerzo, disfrutar el aprendizaje y desarrollar actividades que tengan un sentido.

Expresión asertiva de las emociones
Uno de los desafíos más importantes para los padres es ser un “buen modelo de expresión emocional, con coherencia entre lo que se siente y se expresa”. Para ello, se recomienda enseñar a los niños a “ponerle palabras a lo que se siente” y estar disponibles a “acoger sus emociones, como la rabia, el miedo o la pena, dándoles un buen curso constructivo”.

Desarrollo de vínculos tempranos
La adolescencia es un momento complejo que requiere desarrollar una buena relación desde la infancia cultivando una comunicación cercana y persistente. Frente a la soledad que afecta a muchos niños y jóvenes en todos los sectores sociales, se aconseja aprovechar el tiempo en familia sin distracciones procurando cuidar esos espacios, mirarse a los ojos, jugar y comer juntos.