Fiebre amarilla: información y recomendaciones para los viajeros

Fiebre amarilla: información y recomendaciones para los viajeros

Hay una serie de aspectos que deben ser considerados al trasladarse a zonas donde existe esta infección, transmitida por ciertos mosquitos.

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La fiebre amarilla es una enfermedad que se conoce desde el siglo XVII y es endémica en las zonas tropicales de América y África. En los últimos meses, la aparición de un brote en algunas regiones de Brasil, ha concitado especial atención de la comunidad, ya que muchas de estas áreas son un destino turístico para los viajeros.

Con el fin de orientar al respecto, a continuación se aclaran algunas de las principales dudas sobre esta patología.

¿Qué es la fiebre amarilla?
Es una enfermedad causada por un virus (Flavivirus). Su nombre se debe a que muchos afectados sufren inflamación del hígado y uno de los síntomas más característicos es la ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos por aumento de la bilirrubina).

¿En qué regiones del mundo existe fiebre amarilla?
La infección se distribuye en algunos países de América Central, América del Sur, el Caribe y en la región central, subsahariana de África. No hay fiebre amarilla en Europa, Asia ni Oceanía.

Para mayor información, se puede consultar el mapa elaborado por el Center for Diseases Control de Atlanta, EEUU, o el sitio del Sistema Nacional de Salud del Reino Unido. En lo que respecta a Brasil, es posible ver las zonas de riesgo en el mapa de European Centre for Disease Prevention and Control, donde se realizan actualizaciones periódicas.

¿Cómo se transmite la infección?
Por picaduras de diferentes mosquitos, por ejemplo del género Aedes, los mismos que pueden trasmitir dengue, chikungunya o zika. Al picar a una persona o animal que tiene el virus de fiebre amarilla, estos insectos quedan infectados. El patógeno se multiplica en sus intestinos y glándulas salivales, y pueden inocularlo en cada picadura.

¿El virus infecta solamente a humanos?
No, también infecta a otros primates, monos de distintas especies, en los que también puede causar problemas de salud e incluso la muerte. En las zonas tropicales en que el ser humano convive con poblaciones de monos salvajes (selva, parques), la infección puede ser transmitida por el mosquito desde este animal al ser humano (ciclo selvático) o de un ser humano a otra persona (ciclo urbano).

¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas comienzan entre tres y seis días después del contagio. La infección puede evolucionar con distintos grados de gravedad. El cuadro se caracteriza por fiebre alta, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares en todo el cuerpo, debilidad generalizada, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

Estos síntomas duran entre tres y cuatro días. Luego, la mayoría de las personas se mejora y solo entre el 15 y 20%, aproximadamente, evoluciona a una enfermedad más grave, con fiebre, aparición de ictericia, sangramientos en diversas partes del cuerpo, hipotensión arterial, shock y falla de múltiples órganos. El 50% de este grupo fallece.

¿Existe tratamiento?
No hay tratamiento específico. Los pacientes en que se sospeche fiebre amarilla deben ser hospitalizados para cuidados generales (hidratación, analgesia, antipiréticos) y monitorización. Si la evolución es grave, es necesario internarlos en la Unidad de Paciente Crítico. Dado el riesgo de sangramiento, debe evitarse el uso de ácido acetilsalicílico y antiinflamatorios no esteroidales.

¿Cómo se puede prevenir?
Los dos pilares de la prevención de la fiebre amarilla son:

• Control de mosquitos a nivel ambiental y evitar las picaduras de estos insectos: para el control ambiental en algunas poblaciones urbanas se utiliza la fumigación. Debe evitarse también el estancamiento de agua en recipientes, neumáticos, etc. Para prevenir picaduras de mosquitos se recomienda el uso de repelentes y de mallas protectoras para cubrirse, además de evitar la aplicación de perfumes. También se aconseja, ponerse camisas de manga larga y pantalones largos. (Ver recomendaciones CDC)

• Vacuna contra el virus vivo atenuado: se utiliza en poblaciones donde el virus es endémico o aparece un brote, así como en viajeros que visiten estas áreas. La vacuna es en base a virus vivo atenuado, se produce en huevos embrionados y en Chile está disponible solo en una formulación: Stamaril. De acuerdo a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dosis ofrece protección para toda la vida.

Una vez aplicada la vacuna, los anticuerpos protectores aparecen en un plazo de diez días. Los principales efectos adversos son fiebre, malestar general y dolor de cabeza algunos días después de la administración. Se han observado reacciones alérgicas especialmente en personas alérgicas al huevo.

La vacuna tiene un riesgo muy bajo de producir enfermedad sistémica (una de cada millón de dosis administradas). Se ha visto que este aumenta en lactantes menores de seis meses y en adultos mayores.

¿Quiénes no se pueden vacunar?
La vacuna está contraindicada en niños menores de seis meses, en pacientes con compromiso inmunológico significativo (o en tratamiento con inmunodepresores), en aquellos con enfermedades del timo y en personas con alergia severa al huevo.

En mayores de 60 años, en niños con edad de siete a nueve meses, en el embarazo y durante la lactancia materna, su utilización debe ser cuidadosamente evaluada según el riesgo y beneficio esperado.
 

Programa Medicina del Viajero
Teléfono: (56) 2201 195
E-mail: prevenir@alemanatemuco.cl