Invierno: ¡Cuidado con los virus respiratorios!

Invierno: ¡Cuidado con los virus respiratorios!

Los principales agentes que causan enfermedades son el virus respiratorio sincicial, parainfluenza, adenovirus e influenza A y B.

, Por

En invierno, los virus respiratorios son recurrentes, especialmente durante julio y agosto, fecha en que se incrementa el número de consultas por esta causa. El grupo de mayor riesgo lo constituyen los niños de seis a 23 meses, embarazadas desde las 13 semanas de gestación, mayores de 60 años y personas con patologías crónicas respiratorias.

Los principales agentes que causan las enfermedades respiratorias son el virus respiratorio sincicial (VRS), parainfluenza, adenovirus e influenza A y B.

Virus respiratorio sincicial
Es una de las primeras causas de infección respiratoria aguda baja, como bronquitis obstructiva, neumonía intersticial (neumonitis), bronconeumonía y bronquiolitis. La población más susceptible corresponde a menores de un año, especialmente lactantes de menos de seis meses y prematuros, y adultos mayores o personas inmunodeprimidas.

Algunas manifestaciones son coriza -inflamación de la mucosa nasal-, tos, mucosidad y, a veces, fiebre. El contagio se produce por contacto directo con personas infectadas y por hacinamiento, siendo de mayor riesgo los sitios con aglomeraciones como supermercados y centros comerciales, además de casas con muchos hermanos y jardines infantiles. Además, hay más probabilidad de infección grave en lactantes expuestos al humo del cigarrillo, ya que esto disminuye las defensas respiratorias.

Parainfluenza
Se refiere a un grupo de cuatro virus que producen infecciones en las vías respiratorias altas y bajas, tanto en adultos como en niños. Las manifestaciones pueden incluir desde solo rinorrea (secreción nasal abundante) a dificultad respiratoria y tos fuerte, bronquiolitis (obstrucción respiratoria grave), bronquitis y ciertos tipos de neumonía.

Las infecciones son más graves en lactantes, adultos mayores y personas inmunosuprimidas, por lo que se debe estar atento a la aparición de signos y consultar ante tos fuerte o estridor, sibilancias (sonido de pito al respirar) y retracción costal. La mejor prevención es evitar las multitudes para limitar la exposición al virus.

Virus influenza A y B
Fiebre, escalofríos, cansancio, decaimiento, dolores musculares, cefalea asociada a molestias respiratorias -como congestión nasal, dolor de garganta y tos, primero seca y luego con flemas-, son los síntomas de esta infección viral del sistema respiratorio que dura entre cinco y siete días cuando evoluciona sin complicaciones, las que podrían ser otitis, sinusitis y neumonía , entre otras.

La causa más frecuente es el virus de la influenza que puede ser tipo A, B o C. El primero tiene, además, subtipos que se definen según las proteínas H y N de su superficie. El contagio se produce por contacto con alguien enfermo, ya sea por las manos o por gotitas al hablar, toser o estornudar. Es más frecuente en lugares cerrados, con poca ventilación y con mucha gente. Por esto, es más habitual en invierno cuando el frío debilita las defensas respiratorias. Para estos virus existe una vacuna, muy importante para prevenir la enfermedad y que se debe aplicar cada año.

Adenovirus
Sus manifestaciones son fiebre alta, congestión nasal, mayor producción de secreciones (moco), dolor de garganta y, a veces, secreción blanquecina en las amígdalas. También puede producir irritación ocular (conjuntivitis), tos y laringitis (afonía o ronquera).

En ocasiones produce infecciones como meningitis o encefalitis y neumonía en individuos de menor edad o personas con las defensas bajas. El contagio se origina a través del contacto de las secreciones de persona a persona, juguetes e inhaladores.