La primera visita al oftalmólogo

En general, el primero en detectar alguna alteración ocular es el pediatra en el control de rutina, quien deriva al oftalmólogo infantil, ya que es muy importante que cualquier patología sea diagnosticada precozmente para hacer un manejo adecuado a tiempo.
Para el doctor Marcelo Ojeda, oftalmólogo de Clínica Alemana de Valdivia, la edad ideal para llevar al niño por primera vez al oftalmólogo es a los cuatro años. Además, esta edad coincide con el inicio de la edad escolar y con una mayor exigencia a nivel académico. Tras esta primera valoración, es recomendable que los niños se controlen, al menos, una vez al año.
"Desde el momento en que el ojo empieza a adquirir su madurez y el niño puede identificar movimientos, leer y facilitar la interpretación de ciertos objetos proyectados, es posible que el especialista pueda realizar un examen visual y de otros componentes del control oftalmológico como el alineamiento y la motilidad ocular", explica.
Las visitas anuales también son necesarias porque hay patologías que, inicialmente, no dan muchos síntomas, o bien porque el niño, muchas veces, se adapta a condiciones de muy baja visión sin quejarse. Como prevención, lo más importante es cumplir con las recomendaciones de los especialistas, es decir, comenzar los controles en edades tempranas y continuar con ello de manera periódica, además de acudir cada vez que exista un síntoma que alerte sobre cualquier problema.
¿Cuándo adelantar la primera consulta?
Hay algunos casos en que hay que adelantar la visita al oftalmólogo, por ejemplo, cuando hay antecedentes familiares de ametropías (miopía, hipermetropía y astigmatismo), o bien de estrabismo, situaciones en que se debe examinar antes del año.
Cuando existen antecedentes familiares de cataratas o glaucomas en la infancia de los papás, los hijos deben ser evaluados al nacer, ya que el diagnóstico temprano de estas patologías permite un manejo más efectivo, el que generalmente, es quirúrgico. Otro caso importante, es el diagnóstico y tratamiento precoz de tumores oculares, como el retinoblastoma, ya que así tiene un excelente pronóstico.
Los niños que han nacido antes de tiempo también deben ser evaluados desde los primeros días de vida, ya que pueden presentar una enfermedad retinal conocida como retinopatía del prematuro, la que si no es tratada puede llevar a la pérdida completa de la visión. Además, tienen un riesgo mayor de desarrollar estrabismo, miopía, astigmatismo y otras patologías oculares.
También es importante el control de los niños con Síndrome de Down desde el nacimiento, ya que tienen mayor incidencia de varias de las patologías mencionadas.