¿Cómo lograr descansar en vacaciones?
Febrero es un mes típico de vacaciones, muy necesarias e importantes para las personas, por lo que es fundamental aprovecharlas, ya que uno de los factores que mejor predice una salud mental positiva es saber descansar. Quienes lo logran tienen mayor capacidad para salir de situaciones adversas y sobrellevan los problemas o las situaciones estresantes de mejor manera.
Aquí algunos consejos claves para lograr un descanso adecuado:
- Las vacaciones deben durar, por lo menos, quince días.
- El descanso debe ser recurrente durante todo el año, pues hay estudios que demuestran que no se obtienen los beneficios deseados con un periodo largo de vacaciones si no existe la capacidad de hacerlo el resto del tiempo. Es por eso que hay muchas personas que vuelven del verano igual de agotadas.
- Descanso se refiere a focalizar la atención y todos los recursos cognitivos en una actividad distinta a la que se hace habitualmente, es decir, algún pasatiempo que la persona disfrute y que lo desconecte, sin ser una obligación estresante. Por ejemplo, andar en bicicleta, pintar, leer, tejer, correr y cocinar, entre otras cosas.
- Vacaciones no es sinónimo de dormir, es más, en exceso no hace bien, sobre todo en quienes están muy estresados. El descanso mental ocurre cuando los pensamientos se trasladan hacia otra temática. Al dormir, en cambio, la mente se “apaga” y luego se enciende con las mismas preocupaciones.
- Desconectarse es la oportunidad que da el tiempo libre para sentir lo que realmente “nos está pasando” y que, por el trabajo o la rutina, se ha dejado de lado para cumplir con las obligaciones cotidianas.
- Tratar de no estar pendientes del teléfono y el trabajo, ya que eso refleja una profunda dificultad para estar con “nosotros mismos”.
- Para lograr el descanso durante todo el año, se aconseja realizar algún pasatiempo de manera constante, al menos, tres veces a la semana.
Consecuencias de no descansar
- Uno de los efectos de no lograr un descanso adecuado es el estrés crónico que se relaciona con fatiga, dificultad atencional, sensación de menos energía y muy poca motivación para hacer las cosas.
- Las personas también pueden presentar intolerancia a los problemas, lo que genera mucha rabia, angustia y frustración.
- Además, se pueden tener alteraciones del sueño y de la alimentación. En el caso de la comida, se utiliza para “manejar el estrés” que genera la falta de descanso, lo que es una pésima práctica.
- Menor productividad, por ejemplo, algunas personas dedican muchas horas al día a trabajar porque lo hacen más lento, debido a que descansan mal.
- En casos extremos, se pueden desarrollar trastornos depresivos y ansiosos, pero es menos frecuente.