¿Cigarrillo electrónico para dejar de fumar?
Actualmente, el tabaquismo es el responsable del 90% de las patologías pulmonares obstructivas crónicas, del 30% de las enfermedades cardiovasculares, además de causar el 30% de todos los casos de cáncer, lo que deriva en que una de cada cinco muertes a nivel global tenga como responsable al tabaco.
Así lo explica el doctor Gino Fuentes, broncopulmonar de Clínica Alemana de Valdivia, quien agrega que fumar involucra dependencia física y psicológica, por lo que buscar soluciones como el uso de un cigarrillo electrónico no es aconsejable, pues no cambia el hábito.
Además, sus componentes pueden ser tóxicos. Es más, según datos de la Clínica Mayo basados en estudio de la Food and Drug Administration (FDA), en estos dispositivos electrónicos se han encontrado cantidades de nicotina, químicos tóxicos y sustancias cancerígenas en algunas marcas populares que comercializan este aparto.
Por todo esto, el especialista señala que no se recomiendan como método válido para dejar de fumar.
¿Cómo funciona un cigarrillo electrónico?
Se trata de un dispositivo que tiene un pequeño atomizador en su base, que calienta un líquido a base de nicotina, volviéndolo vapor que puede ser inhalado y emular el fumar un cigarrillo común.
Muchos de estos aparatos son fabricados con saborizantes, por lo que existe el riesgo de que sean usados por niños y jóvenes, quienes tienen mayor riesgo de adquirir esta adicción precozmente y pasar al hábito de fumador convencional en la adultez.
Actualmente, la Unidad de Enfermedades Respiratorias de la Clínica está desarrollando un programa para dejar de fumar, con equipo multidisciplinario compuesto por psiquiatría, psicólogo, nutricionista y médicos broncopulmonares.